Perú es uno de esos raros destinos con una alucinante diversidad de atracciones de talla mundial en un territorio relativamente pequeño, ofreciendo una emocionante mezcla de historia, aventura y paisajes asombrosos. Aunque los lugares más emblemáticos, como Machu Picchu y Cuzco, son de visita obligada, hay mucho más por descubrir, sobre todo para quienes buscan experiencias únicas fuera de lo común. Una de las mejores formas de apreciar la diversidad de Perú es a través de una breve descripción de algunos de los lugares más espectaculares que se pueden visitar.
La elegancia costera y la historia colonial convergen en Lima, donde una experiencia sorprendiente es explorar la Huaca Pucllana, una pirámide preincaica enclavada en pleno centro de la ciudad. Lima cuenta con algunos museos extraordinarios, como la colección privada Amano, con exquisitos tejidos de hace miles de años increíblemente conservados, o la extensa colección de magníficas cerámicas precolombinas del Museo Larco Herrera. Tendrá mucho donde elegir a la hora de decidir dónde disfrutar de la mundialmente conocida gastronomía peruana. Una larga y continuada historia de combinación de diferentes cocinas, junto con el empuje y la libertad para crear, han contribuido a crear una experiencia culinaria sin parangón.
Ningún viaje a Perú está completo sin una visita a Machu Picchu. Si bien el tren o el Camino Inca son las formas más comunes de llegar, para una experiencia más envolvente, pruebe el Salkantay Trek de 7 días, una alternativa panorámica y menos transitada que serpentea a través de glaciares y selvas y culmina en la mágica ciudadela.
Los incas eran maestros canteros y algunos de los mejores ejemplos se encuentran repartidos por la antigua capital de Cuzco. Al pasear por la ciudad, no pueden pasar desapercibidos los enormes bloques de piedra que encajan a la perfección. Los bellos edificios coloniales a menudo incorporan muros de piedra incas, lo que confiere a la ciudad un estilo propio.
El Valle Sagrado se encuentra a medio camino entre Cuzco y Machu Picchu y aún conserva un aire muy tradicional. Además de visitar las antiguas ciudades incas más populares del valle, es imprescindible visitar las minas de sal de Maras. La ladera de la montaña está teñida de blanco por siglos de continua recolección de sal y aún son explotadas por los lugareños del mismo modo que lo hacían sus antepasados siglos atrás. No muy lejos de las salinas se encuentra Moray, un antiguo laboratorio agrícola inca donde se probaban y evaluaban distintas técnicas de cultivo.
Para quienes buscan aventuras fuera de lo común, las ruinas de Choquequirao son una joya oculta. Apodada la «ciudad hermana» de Machu Picchu, este remoto emplazamiento inca requiere una caminata de varios días para llegar, pero recompensa con unas vistas impresionantes y un ambiente tranquilo y virgen.
Arequipa es la segunda ciudad más poblada de Perú, pero mucho más tranquila que Lima. Una visita al convento de Santa Catalina, una ciudad dentro de la ciudad, con sus sinuosas callejuelas y coloridos edificios, es lo más destacado de Arequipa.
El Cañón del Colca, uno de los más profundos del mundo, se encuentra a unas pocas horas en coche de Arequipa siendo uno de los lugares más imporesionantes del país. La ruta pasa por pequeños pueblos tradicionales con iglesias de adobe, enterramientos en acantilados y paisajes impactantes. Quizá uno de los mejores lugares de Sudamérica para ver de cerca al cóndor andino sea el Cañón del Colca. Es una experiencia inolvidable observar a estas enormes aves aprovechando las corrientes siempre presentes para remontar el vuelo cerca del borde.
Parte del límite occidental de la cuenca del Amazonas se encuentra en Perú y ofrece una increíble experiencia de vida salvaje. La Reserva Nacional de Tambopata ofrece opciones como paseos por la selva y el dosel, donde podrá ver monos, perezosos, aves exóticas… Navegar en kayak por el lago Sandoval le acercará a juguetonas familias de nutrias. Los paseos nocturnos abren un mundo diferente de sonidos y animales.
Menos conocida es la ciudad de Kuélap en el norte de Perú, una antigua ciudad amurallada construida por los chachapoyas. Conocido como el «Machu Picchu del Norte», este lugar ofrece unas vistas dek bosque nuboso que lo rodea.
Las Líneas de Nazca y el oasis del desierto de Huacachina ofrecen algunas de las vistas más singulares de Perú. Sobrevolar estos antiguos geoglifos es realmente la única forma de apreciarlos en su totalidad. Los antiguos enterramientos excavados se han conservado increíblemente bien debido a la extrema sequedad de esta zona.
Desde ruinas milenarias y paisajes místicos hasta joyas ocultas y aventuras únicas, Perú no es sólo un destino: es un viaje inolvidable para quienes viajan por primera vez y buscan tanto lugares emblemáticos como experiencias más profundas y auténticas.